Lituania se encuentra en los países bálticos y es uno de esos destinos que muchos aún no conocen bien. Es un país pequeño y fácil de recorrer, ideal para combinarlo con un viaje por Letonia, Estonia y por qué no también Polonia.
Si te preguntas qué ver en Lituania, la respuesta va mucho más allá de su capital, Vilna. Aunque Vilna es sin duda una ciudad que merece ser visitada, Lituania tiene muchos otros lugares donde vale la pena detenerse. Especialmente si viajas en coche, desplazarse se vuelve mucho más sencillo y flexible.
En general, es un destino tranquilo, con muchos rincones auténticos y sin el turismo masivo de otras zonas de Europa. Lo mejor es recorrerlo sin prisas, parar en pueblos pequeños, probar la comida local y dejarse sorprender por su ambiente cotidiano. Cuando te alejas de los grandes centros turísticos como Vilna y Kaunas, el carácter soviético aún se percibe con fuerza. Esto se nota en la arquitectura, en la forma de vestir de algunos habitantes, en los sabores tradicionales de los platos e incluso en la forma de hablar.
Aquí puedes leer más sobre cómo es viajar por Lituania. Ahí contamos más sobre la moneda, la mejor época para viajar y qué aspectos tener en cuenta al planear tu visita.

VILNA ES LA CAPITAL DE LITUANIA
La capital de Lituania, Vilna, es una ciudad pequeña pero sorprendentemente rica en lugares para descubrir. Su casco antiguo es precioso, con calles adoquinadas, iglesias barrocas y rincones llenos de historia. Entre los lugares más destacados están la Catedral de Vilna con su elegante fachada blanca, la Torre de Gediminas que ofrece vistas panorámicas de la ciudad, la Iglesia de Santa Ana con su impresionante fachada gótica, el Palacio de los Grandes Duques de Lituania y la Puerta del Amanecer, un sitio de peregrinación muy importante.
Más allá del centro histórico, el barrio de Užupis es una visita obligada. Esta autoproclamada república de artistas tiene su propia constitución, bandera y presidente. Es un lugar lleno de murales, galerías pequeñas, esculturas curiosas y una atmósfera relajada que atrae a viajeros curiosos y creativos de todo el mundo. Caminar por sus calles es como entrar en otro mundo dentro de Vilna.
Al alejarse del centro turístico, Vilna muestra una cara diferente. Hay zonas residenciales con edificios soviéticos de hormigón, barrios tranquilos con casas bajas, mercados locales y espacios verdes donde los residentes hacen su vida diaria lejos del turismo. Esta parte de la ciudad ofrece una mirada más auténtica y cotidiana de la vida en Lituania.

EL CASTILLO DE TRAKAI ES UNA ISLA Y CULTURA KARAIM
A solo unos 30 kilómetros de Vilna se encuentra Trakai, un destino perfecto para una escapada de un día, especialmente en verano. Su castillo medieval, situado en una isla en medio del lago Galvė, parece sacado de un cuento. Puedes llegar a él caminando por un puente de madera y disfrutar de las vistas al agua desde todos los ángulos. Es uno de los lugares más fotografiados de Lituania y también uno de los más visitados durante los meses cálidos.
Además del castillo, Trakai destaca por su herencia karaim. Esta pequeña comunidad ha influido en la arquitectura y la gastronomía del pueblo. Es fácil encontrar restaurantes familiares donde probar platos típicos karaim, como los kibinai, empanadas rellenas de carne o verduras. Hay cafés junto al lago donde puedes sentarte a tomar algo disfrutando del paisaje. En los días soleados se pueden practicar deportes acuáticos como remo, kayak o paseos en barco por el lago. Trakai es definitivamente un lugar para disfrutar bajo el sol.


KAUNAS ES CIUDAD CREATIVA CON HISTORIA
Kaunas, la segunda ciudad más grande de Lituania, ofrece una experiencia muy distinta a la capital. Tiene una mezcla interesante de arquitectura moderna, edificios de la época soviética y un casco histórico renovado con encanto propio. Es fácil recorrerla a pie y cada calle revela una parte distinta de su historia y carácter.
Entre las principales atracciones de Kaunas están la calle peatonal Laisvės alėja, que atraviesa el centro y está llena de tiendas y cafés, el Castillo de Kaunas junto al río Nemunas, la Iglesia de San Miguel Arcángel con su impresionante cúpula blanca y el Museo del Diablo que alberga una colección única y peculiar.
En los últimos años Kaunas ha ganado popularidad por su arte urbano, con murales y obras contemporáneas que llenan las paredes de antiguos edificios. La ciudad ha sido Capital Europea de la Cultura y se nota el esfuerzo por posicionarse como un centro cultural moderno. Si te preguntas qué ver en Lituania además de Vilna, Kaunas es una excelente opción que combina historia y creatividad.
KLAIPEDA ES CIUDAD PORTUARIA
En la costa occidental, Klaipeda es la tercera ciudad más grande de Lituania y el principal puerto del país. Aunque su centro histórico es pequeño, tiene una arquitectura única con influencia alemana, ya que la ciudad formó parte de Prusia durante siglos.
Uno de los mayores atractivos de Klaipeda es que es la puerta de entrada a la península de Curlandia. Desde el puerto puedes tomar un ferry en pocos minutos y estar rodeado de dunas, pinos y playas tranquilas. Esta reserva natural protegida es perfecta para quienes buscan paisajes diferentes. En especial el pueblo de Nida destaca por su ambiente relajado, casas de madera coloridas y un faro icónico.
En la ciudad de Klaipeda también vale la pena visitar el Teatro de Drama, la plaza del Teatro con la fuente de Ännchen von Tharau y el Museo del Reloj. La playa de Smiltynė, justo al cruzar el canal en ferry, es un lugar muy popular en verano tanto para nadar como para pasear.


HAY OTROS LUGARES QUE VER EN LITUANIA?
Otro sitio que vale la pena mencionar es la Colina de las Cruces, cerca de la ciudad de Siauliai. Miles y miles de cruces se han acumulado aquí durante décadas, convirtiendo este lugar en un símbolo de resistencia y espiritualidad. Es uno de los sitios más únicos del país y, sin duda, algo que ver en Lituania si te interesa su historia reciente. El lugar tiene una energía especial y es también un reflejo de la identidad religiosa y cultural del pueblo lituano.
Siauliai es una ciudad del norte del país con una historia marcada por la guerra y la reconstrucción. Aunque no suele estar en las rutas más populares, es una base ideal para visitar la Colina de las Cruces y también tiene algunos museos interesantes como el Museo del Gato y espacios culturales dedicados a la historia local.
Marijampole se encuentra al suroeste de Lituania y es conocida por su vida tranquila, sus espacios verdes y su creciente escena artística urbana. En los últimos años se ha hecho conocida por sus murales al aire libre que decoran edificios enteros. Es una buena parada si te interesa el arte moderno en contextos inesperados.
Ukmerge es una ciudad pequeña pero con un centro histórico acogedor y algunas de las iglesias más antiguas del país. Aquí se respira un aire muy local y auténtico, con mercados tradicionales, plazas tranquilas y calles poco transitadas. También es un buen lugar para aprender sobre la historia judía de Lituania.
Zarasai está situada en una zona de lagos y bosques, en el noreste del país, y es perfecta para los amantes de la naturaleza. Es un destino menos conocido, ideal para desconectar y explorar a pie o en bicicleta. El paseo circular de madera sobre el lago Zarasas es uno de sus principales atractivos. Es uno de esos lugares que ver en Lituania si te gusta salir de las rutas tradicionales.