Encarnación es una pequeña ciudad situada en la frontera con Argentina, en el sur de Paraguay. Con una población de alrededor de 100,000 habitantes, es la segunda ciudad más grande de Paraguay, y su proximidad a la ciudad argentina de Posadas la convierte en un punto de fácil acceso para los turistas de ambos países.
Encarnación, con su tranquilo paseo junto al río y la posibilidad de ver Argentina desde el otro lado del Paraná, ofrece una escapatoria perfecta para quienes buscan una experiencia más relajada en Paraguay. Aunque no es un destino turístico masivo, su ambiente acogedor y su proximidad a las ruinas hacen de Encarnación una parada fascinante en el corazón de Sudamérica.
En Encarnación se hablan principalmente dos idiomas: el español y el guaraní, aunque el español es el más común en las interacciones diarias.
Encarnación es conocida por su rica cultura y su ambiente relajado. Aunque no es una ciudad demasiado grande, hay cosas para hacer y ver. En general, Encarnación es una ciudad bastante tranquila y segura para los turistas. No se considera una ciudad peligrosa, y los locales son muy amables con los visitantes. Pero siempre tienes que tener cuidado.
Encarnación ofrece una variedad de restaurantes y parrillas donde puedes disfrutar de platos típicos paraguayos. Uno de los platillos más conocidos es la sopa paraguaya, un pan de maíz que se sirve como acompañamiento en muchas comidas. También puedes probar el asado (carne a la parrilla), un plato tradicional de la región. Los restaurantes a lo largo de la Costanera son populares por sus vistas y buena comida.
Encarnación es accesible por carretera desde otras ciudades paraguayas como Asunción, la capital del país, que se encuentra a unas 5 horas en autobús. También se puede llegar desde la vecina ciudad argentina de Posadas, cruzando el puente internacional San Roque González de Santa Cruz. Desde aquí también se puede continuar hacia la frontera con Brasil y visitar las famosas cataratas del Iguazú.
QUÉ HACER Y QUÉ VER EN ENCARNACIÓN?
La ciudad es pequeña y se puede recorrer en unas pocas horas o en un día. Si deseas explorar la ciudad de San Ignacio Miní, te recomendamos reservar al menos medio día para visitarla.
Las playas de Encarnación
Una de las principales razones para visitar Encarnación son sus hermosas playas a orillas del río Paraná. Estas playas urbanas son muy populares durante los meses de verano, donde locales y turistas se relajan bajo el sol, disfrutan de actividades acuáticas y paseos por la costanera.
La Costanera de Encarnación
A lo largo del río Paraná, la Costanera es el paseo más popular de la ciudad. Es ideal para caminar, andar en bicicleta o simplemente relajarse mientras se observa la puesta de sol. La zona también cuenta con restaurantes y bares, lo que la convierte en un excelente lugar para disfrutar de una comida con vistas al río.
El centro de Encarnación
El centro de Encarnación, aunque pequeño, es encantador. Se pueden encontrar tiendas locales, cafeterías y restaurantes donde se puede probar la gastronomía paraguaya. Además, en el centro hay varios mercados donde los turistas pueden comprar productos locales, como artesanías y alimentos tradicionales.
La ciudad de San Ignacio Mini
A poca distancia de Encarnación, se encuentra San Ignacio Miní, una antigua misión jesuita que forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Este sitio arqueológico ofrece una visión fascinante de la historia de la región. Lee más aquí y consulta los horarios de apertura y el precio actual de la entrada.
NUESTRA EXPERIENCIA
Durante nuestro viaje por Argentina, decidimos cruzar la frontera hacia Paraguay y explorar Encarnación. Esto fue en agosto. El clima estuvo bastante bien y, de hecho, hizo mucho calor, casi 30 grados. Se sentía como si fuera verano.
Cruzamos la frontera en auto y no fuimos lo suficientemente cuidadosos al asegurarnos de que nos pusieran los sellos correctos en los documentos. Esto nos pasó factura al regresar, ya que tuvimos que pagar una multa por ello. Para nosotros, parecía algo planeado, ya que el dinero extra aparentemente iba al bolsillo del empleado. El funcionario que nos atendió fue bastante grosero y desagradable, lo que nos hizo sentir que no teníamos muchas ganas de volver a ese país. El cruce de ida fue bastante rápido, pero en ambos lados había largas colas para cruzar la frontera, y en el viaje de regreso, a veces parecía que la fila no avanzaba en absoluto.
El río Paraná sirve como frontera entre Encarnación (Paraguay) y Posadas (Argentina). Gracias a este río, en ambas ciudades es agradable caminar a lo largo de la orilla. En Encarnación, el paseo junto al río es quizás un poco más interesante, especialmente porque hay muchos restaurantes y mucha gente pasando tiempo allí por la tarde. Nosotros también paseamos por allí y cenamos por la noche.
Un día entero, fuimos a San Ignacio Miní, una antigua reducción jesuítica ubicada a las afueras de la ciudad. El trayecto en auto fue tranquilo y bastante fácil de hacer. El lugar tenía una entrada razonable y el aparcamiento era gratuito. Además, había pocos visitantes, por lo que pudimos recorrerlo con mucha calma.
Tuvimos dos noches en Encarnación y esta tenía suficiente. Paseamos por el centro, donde hay algunas tiendas, restaurantes y cafeterías. Visitamos una iglesia y Nahuel fue a la peluquería. Aunque la ciudad es pequeña, es muy linda y tranquila.
Encarnación como ciudad era realmente agradable, pequeña e idílica. La gente era amable y la comida deliciosa. Sin embargo, el cruce de la frontera y el hecho de ser estafados allí nos dejó una sensación incómoda y la duda de si volveremos al país en algún momento. Katri ya había visitado anteriormente Asunción y sus alrededores, donde tuvo una experiencia muy positiva. Pero veremos qué nos depara el futuro.